jueves, 30 de septiembre de 2010
Los meteoritos -- GEOGRAFIA
METEORITOS:
Un aerolito (Aeros, aire; Litos, piedra) o meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de un planeta debido a que no se desintegra por completo en su atmósfera.
Al entrar en contacto con la atmósfera, la fricción con el aire causa que el meteoroide se caliente, y entonces entra en ignición emitiendo luz y formando un meteoro, bola de fuego o estrella fugaz. Se denominará bólido a aquellos meteoros cuya luminosidad sea superior a la del Planeta Venus (magnitud -4).
Generalmente, un meteorito en la superficie de cualquier cuerpo celeste es un objeto que ha venido desde otra parte del espacio. Los meteoritos también se han encontrado en la Luna y Marte.
Los meteoritos que se logran recuperar después de ser observados durante su tránsito en la atmósfera son llamados caídas. El resto de los meteoritos se conocen como hallazgos. A la fecha (mediados de 2006), existen aproximadamente 1050 caídas atestiguadas que produjeron especímenes en las diversas colecciones del mundo. En contraste, existen más de 31.000 hallazgos de meteoritos bien documentados.[1]
El término meteoro proviene del griego meteoron, que significa fenómeno en el cielo. Se emplea para describir el destello luminoso producido por la caída de la materia que existe en el sistema solar sobre la atmósfera terrestre lo que da lugar a una incandescencia temporal resultado de la fricción atmosférica. Esto ocurre generalmente a alturas entre 80 y 110 kilómetros (50 a 68 millas) sobre la superficie de la Tierra. Este término se emplea también en la palabra meteoroide con la que nos referimos a la propia partícula sin ninguna relación con el fenómeno que produce cuando entra en la atmósfera de la Tierra. Un meteoroide es materia que gira alrededor del Sol o cualquier objeto del espacio interplanetario que es demasiado pequeño para ser considerado como un asteroide o un cometa. Las partículas que son más pequeñas todavía reciben el nombre de micrometeoroides o granos de polvo estelar, lo que incluye cualquier materia interestelar que pudiera entrar en el sistema solar. Un meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de la Tierra sin que se haya vaporizado completamente.
Los meteoritos se nombran siempre como el lugar en donde fueron encontrados,[2] generalmente una ciudad próxima o alguna característica geográfica. En los casos donde muchos meteoritos son encontrados en un mismo lugar, el nombre puede ser seguido por un número o una letra (ejemplo: Allan Hills 84001 o Dimmitt (b)).
Tradicionalmente los meteoritos se han dividido en tres amplias categorías:
FENOMENOS DE CAIDAS DE METEORITOS:
La mayoría de los meteoros se desintegran al incorporarse en la atmósfera de la Tierra; no obstante, se estima que 100 meteoritos de diverso tamaño (desde pequeños guijarros hasta grandes rocas del tamaño de una pelota de baloncesto) entran en la superficie terrestre cada año; normalmente sólo 5 o 6 de éstos son recuperados y son descubiertos por científicos. Pocos meteoritos son lo bastante grandes para crear cráteres que evidencian un impacto. En vez de esto, sólo llegan a la superficie a su velocidad terminal (caída libre), y la mayoría tan solo crea un hoyo pequeño. Sin embargo, algunos de los meteoritos que caen han causado daño a inmuebles, ganado, e incluso a la gente.
Los grandes meteoroides podrían chocar con la Tierra con una fracción de su velocidad cósmica, originando un cráter de hipervelocidad de impacto. El tamaño y tipo del cráter dependerá del tamaño, de la composición, del grado de fragmentación, y del ángulo entrante del meteorito. La fuerza de tales colisiones tiene el potencial de causar una destrucción extensa.[3] [4] Los choques a hipervelocidad más frecuentes, normalmente son causados por un meteorito metálico, los cuales son más resistentes y transitan intactos en la atmósfera terrestre. Algunos ejemplos de cráteres causados por meteoroides metálicos incluyen al cráter del meteorito de Barringer, los cráteres de Wabar, y el cráter de Wolfe Creek, ya que en estos cráteres se encontró un meteorito metálico o sus fragmentos. En contraste, incluso los cuerpos pedregosos o helados que son relativamente grandes (como los cometas pequeños o los asteroides) y que llegan a pesar millones de toneladas, son frenados en la atmósfera, y por lo tanto no hacen cráteres de impacto.[5] Aunque tales acontecimientos no son frecuentes, pueden provocar una considerable conmoción; el famoso cráter de Tunguska probablemente resultó de tal incidente.
Grandes objetos pedregosos (de centenares de metros en diámetro o más y que logran pesar decenas de millones de toneladas o más) pueden alcanzar la superficie y causar grandes cráteres, sin embargo, estos son muy raros. Estos acontecimientos generalmente son tan enérgicos que el meteoro impactor se destruye por completo sin dejar ningún meteorito. (El primer vestigio de un meteorito pedregoso encontrado en asociación con un gran cráter de impacto fue el cráter de Morokweng en Sudáfrica,[6] descubierto en mayo de 2006).
Existen varios fenómenos bien documentados sobre caídas de meteoritos que fueron atestiguados, aun cuando estos fueron demasiado pequeños para producir cráteres de hipervelocidad.[7] La estela de fuego que se genera mientras el meteoroide pasa a través de la atmósfera puede lucir muy brillante, llegando a rivalizar en intensidad con el Sol, aunque la mayoría son muy difusos y no se pueden apreciar incluso durante día. Se han reportado avistamientos en diversos colores, que incluyen al amarillo, el verde y el rojo. Los flashes y las explosiones de luz pueden ocurrir mientras el objeto se desintegra. A menudo, durante las caídas de meteoritos se escuchan explosiones, detonaciones, y rugidos que pueden ser causadas por explosiones sónicas, así como ondas expansivas que resultan de la fragmentación del cuerpo. Estos sonidos pueden ser escuchados sobre amplias áreas que llegan a abarcar varios miles de kilómetros cuadrados. Otros sonidos que se producen pueden ser chiflidos y silbidos, pero son pobremente comprendidos. No es inusual que después del paso de la estela de fuego, en la atmósfera se rezague un rastro de polvo por cierto tiempo
Mientras que los meteoroides se calientan durante su paso a través de la atmósfera, sus superficies se derriten y experimentan la ablación. Durante este proceso pueden ser esculpidos en varias formas, dando por resultado profundas "huellas digitales", en forma de muescas sobre sus superficies llamadas los regmagliptos. Si el meteoroide mantiene una orientación fija por cierto tiempo sin tambalearse, puede desarrollar una "nariz en forma de cono" o una forma cónica. Al sufrir la desaceleración, la capa superficial fundida se solidifica en una fina corteza de fusión, la cual en la mayoría de los meteoritos es negra (en algunas acondritas, la corteza de fusión puede ser ligeramente rojiza). En los meteoritos pedregosos, la zona afectada por el calor tan solo abarca unos pocos milímetros de espesor; en los meteoritos metálicos (los cuales son mejores conductores de calor), la estructura de metal puede ser afectada por el calor hasta 1 centímetro debajo de la superficie. Se ha reportado que cuando aterrizan los meteoritos, son un poco cálidos al tacto, pero nunca son extremadamente calientes. No obstante, los informes varían grandemente, ya que algunos meteoritos que son avistados "quemándose" durante su aterrizaje, mientras que otros se avistan formando una capa de hielo sobre su superficie.
Los meteoroides que experimentan la fragmentación en la atmósfera pueden caer como una lluvia de meteoritos, las cuales pueden variar desde tan solo unas pocas rocas, hasta miles de guijarros. El área sobre la cual cae una lluvia de meteoritos se conoce como “campo de dispersión”. Los campos de dispersión comúnmente tienen forma elíptica, donde su eje mayor siempre es paralelo con la dirección de vuelo del meteoroide. En la mayoría de los casos, los meteoritos más grandes de una lluvia son encontrados un poco más lejos que el resto de las rocas dentro del campo de dispersión.
TIPOS DE METEORITOS:
Aproximadamente, un 86% de los meteoritos que caen sobre la Tierra son condritas, los cuales adquieren su nombre de las pequeñas partículas redondas que contienen. Estas partículas, o cóndrulos, se componen principalmente de minerales de silicato que parecen haberse fundido mientras se encontraban flotando libremente en el espacio. Las condritas también contienen pequeñas cantidades de materia orgánica, que incluye los aminoácidos, y granos presolares. Típicamente, las condritas tienen 4.550 millones de años de antigüedad y se piensa que representan materiales del cinturón de asteroides que nunca conformaron grandes cuerpos. Al igual que los cometas, los asteroides condríticos son algunos de los materiales más antiguos del sistema solar. A menudo se considera a las condritas como los "bloques de construcción de los planetas".
Cerca de un 8% de los meteoritos que caen sobre la Tierra son acondritas, de las cuales algunas son similares a las rocas ígneas terrestres. La mayoría de las acondritas son rocas antiguas y se piensa que representan material cristal de los asteroides. Una gran familia de acondritas pudo haberse originado en el asteroide 4 Vesta. Otras se derivan de diferentes asteroides. Dos pequeños grupos de acondritas son especiales, ya que estos son más jóvenes y no parecen provenir del cinturón de asteroides. Uno de estos grupos proviene de la Luna, e incluye rocas similares a las que fueron traídas a la Tierra por los programas Apollo y Lunik. El otro grupo tiene una alta probabilidad de ser originario de Marte y son los únicos materiales de otros planetas que han sido recobrados por el hombre.
Alrededor del 5% de los meteoritos que caen son metálicos con pedazos de hierro-níquel tales como la kamacita y la taenita. Se cree que la mayoría de los meteoritos metálicos provienen del centro de algunos asteroides que alguna vez estuvieron fundidos en uno solo. Al igual que en la Tierra, el metal más denso estuvo separado del material de silicato y ubicado hacia el centro del asteroide, formando una base. Después de que el asteroide se solidificó, éste se fragmentó en una colisión contra otros asteroides. Debido a la ausencia de hierro en las áreas de hallazgos, tales como la Antártida, en donde poco o ningún material meteórico se ha encontrado, se piensa que aunque el hierro constituye aproximadamente el 5% de las rocas recuperadas, puede ser que realmente sean considerablemente mucho menos comunes que lo supuesto previamente.
Los meteoritos pedregoso-metálicos constituyen el 1% restante. Son una mezcla de los metales hierro-níquel y minerales de silicato. Se piensa que un tipo de meteorito llamado palasitas, se originó en la zona límite sobre las regiones base donde se originaron los meteoritos metálicos. Otro tipo de meteoritos pedregoso-metálicos son los mesosideritas.
Nota: Las tectitas (del griego tektos, fundido), son objetos de cristal natural de hasta algunos centímetros de tamaño, fueron formados —según la mayoría de los científicos— por los impactos de grandes meteoritos en la superficie de la Tierra, aunque algunos investigadores han favorecido un origen en la Luna a partir de eyecciones volcánicas. La teoría de un origen lunar para las tectitas ha perdido mucha de su credibilidad en las últimas décadas. * Las tectitas no son meteoritos.
BOLIDOS:
Un bólido es un tipo de meteoro muy brillante cuya masa es superior a unos 10 gramos o su magnitud es inferior a -3 (generalmente se acepta que sea tan o más brillante que Venus o Júpiter). Al entrar en la atmósfera terrestre origina una gran estela que puede ser observada desde varios centenares de kilómetros de distancia sobre la superficie. Presenta la apariencia de una esfera de fuego en vez de un aspecto puntual o estelar. La estela luminosa que deja a su paso persiste un tiempo superior a las decenas de segundos y puede llegar a ser de varios minutos e incluso media hora. Llega acompañado de fenómenos acústicos como una explosión pudiéndose encontrar en ocasiones en el suelo algunos fragmentos del meteoro que resisten a la completa volatilización a su paso por la atmósfera. Cada año penetran en la atmósfera entre 50.000 y 100.000 bólidos.
Recuperación de meteoritos:
Caídas
La mayoría de las caídas se recobran por avistamientos de las bolas de fuego o el descubrimiento del impacto en los suelos. Sin embargo, un pequeño número de estos se ha podido avistar con cámaras automáticas y se ha recobrado siguiendo una ruta calculada para el punto de impacto. El primero de estos fue el meteorito de "Pribram", el cual cayó en Checoslovaquia (ahora la República Checa) en 1959.[8] En este caso, se usaron dos cámaras para fotografiar meteoros y capturaron imágenes de la bola de fuego. Las imágenes fueron usadas para determinar la ubicación de las rocas en el suelo y más significativamente, para calcular por primera vez una órbita aproximada de un meteorito recuperado.
Después de la caída de Pribram, otros países establecieron programas de observación automatizada teniendo como objetivo estudiar el ingreso de los meteoritos. Uno de éstos fue la Red Prairie (Prairie Network), operada por el Observatorio Astrofísico Smithsoniano a desde 1963 hasta 1975 en el oeste de los EEUU, este programa también observó una caída de meteorito, el "Lost City chondrite", permitiendo su recuperación y un cálculo de su órbita.[9] Otro programa fue creado en Canadá, el Proyecto de Observación y Recuperación de Meteoritos (Meteorite Observation and Recovery Project) funciono de 1971 a 1985. Este también Recuperó un solo meteorito, el Innisfree, en 1977.[10] Finalmente, observaciones operadas por la Red Europea de Bólidos (European Fireball Network, descendiente del programa Checo original que recuperó el Pribram), consiguió calcular y descubrir el meteorito de Neuschwanstein en 2002.[11] Recientemente la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos ha recuperado los meteoritos Villalbeto de la Peña y Puerto Lápice, las últimas dos caídas acaecidas en España [12] . Precisamente del estudio del vídeo y las fotografías obtenidas de la bola de fuego que produjo la caída del meteorito Villalbeto de la Peña también se obtuvo la órbita en el Sistema Solar[13] .
Hallazgos
Hasta el siglo veinte, tan sólo algunos hallazgos de cientos de meteoritos habían sido realizados. De estos, el 80% fueron meteoritos metálicos y metalo-rocosos, que se distinguen fácilmente de las rocas terrestres. Hasta hoy día, se descubren cada año pocos meteoritos rocosos que se puedan considerar como hallazgos "accidentales". Ahora existen más de 30.000 hallazgos de meteoritos en las colecciones del mundo que comenzaron con los descubrimientos de Harvey H. Nininger.
Los grandes llanos de Estados Unidos
La estrategia de Nininger para buscar meteoritos fue buscar en los grandes llanos de los Estados Unidos, en donde la tierra fue en gran parte cultivada y el suelo contenía muy pocas rocas. Entre los años 20 y los 50, él viajó a través de la región, educando a la gente local sobre como lucían los meteoritos y qué hacer si ellos encontrasen uno; por ejemplo, durante el periodo de despejar un campo. El resultado fue el descubrimiento de más de 200 nuevos meteoritos, sobre todo del tipo pedregoso.[14]
Al final de los años 60, los grandes llanos del condado de Roosevelt en Nuevo México fueron un lugar particularmente bueno para encontrar meteoritos. Después del descubrimiento de algunos meteoritos en 1967, una campaña de conciencia pública dio lugar al hallazgo de casi 100 nuevos especímenes, donde muchos fueron encontrados por una sola persona, el Sr. Ivan Wilson. En total, fueron encontrados casi 140 meteoritos en la región desde 1967. En el área de los hallazgos, la tierra fue cubierta originalmente por una capa de tierra suelta. Durante un periodo de erosión, el suelo flojo fue descargado, saliendo de él todo tipo de rocas y meteoritos que estaban presentes en la superficie.[15]
Antártida
Entre 1912 y 1964, los grupos de búsqueda en la Antártida encontraron algunos meteoritos. Posteriormente, en 1969 la "Décima Expedición de Investigación Antártica Japonesa" encontró nueve meteoritos en un campo de hielo azul cerca de las montañas de Yamato. Con este descubrimiento, se descubrió que el movimiento de las hojas del hielo pudo actuar para concentrar los meteoritos en ciertas áreas. Después de que en 1973 fuese encontrada en el mismo lugar una docena de otros especímenes, se lanzó una expedición japonesa en 1974, dedicada a la búsqueda de meteoritos. Este equipo recuperó casi 700 meteoritos. Un poco después, los Estados Unidos comenzaron su propio programa para buscar meteoritos antárticos, operando a lo largo de las montañas Transantárticas en el otro lado del continente: el ANSMET (ANtarctic Search for METeorites, Búsqueda de Meteoritos en la Antártida). A finales de los ochenta, también los equipos europeos (comenzando con un consorcio llamado "EUROMET"); y la continuación de un programa italiano, el "Programma Nazionale di Ricerche in Antartide" también llevaron a cabo búsquedas sistemáticas de meteoritos antárticos. Recientemente, un programa chino, la Exploración Científica Antártica de China, ha conducido búsquedas altamente exitosas de meteoritos desde el año 2000. Los esfuerzos combinados de todas estas expediciones han producido más de 23.000 especímenes de meteoritos clasificados desde 1974, sin contar los millares que aún no se han clasificado. Para más información vea el artículo de Harvey (2003).[16]
Australia
Al mismo tiempo que las concentraciones de meteoritos eran descubiertas en el frío desierto de Antártida, los coleccionistas descubrieron que también podían ser encontrados muchos meteoritos es el cálido desierto de Australia. Algunas docenas de meteoritos se han encontrado en la región Nullarbor del oeste y sur de Australia. Entre 1971 y el presente búsquedas sistemáticas han recuperado 500 o más,[17] de los cuales aproximadamente 300 están bien clasificados. Los meteoritos pueden ser encontrados en esta región debido a que el suelo presenta una planicie cubierta de roca moldeada. En un clima extremadamente árido, ha habido relativamente muy poca sedimentación sobre la superficie por decenas de miles de años, permitiendo que los meteoritos se acumulen sin que sean enterrados o destruidos. Los meteoritos oscuros entonces pueden ser reconocidos entre los más pálidos guijarros y rocas terrestres.
El Sahara y la creciente comercialización
Entre 1986 y 1987, un equipo alemán que instalaba estaciones sísmicas para la exploración de mantos petrolíferos descubrió 65 meteoritos en una planicie del desierto a cerca de 100 km al sureste de Dirj (Daraj), Libia. Este fue el primer indicio de que un vasto número de meteoritos podían ser encontrados en ciertas partes del Sahara. Unos años más tarde, un ingeniero anónimo que era un fanático del desierto observó algunas fotografías de meteoritos encontradas en la Antártida, y recordó haber observado rocas similares en zonas que había recorrido al norte de África. En 1989, regresó a Argelia y recobró cerca de 100 meteoritos de por lo menos 5 localidades. En los siguientes 4 años, él y otros seguidores encontraron por lo menos 400 meteoritos más en las mismas locaciones, y en algunas nuevas áreas en Argelia y Libia. Los lugares donde encontraron los meteoritos eran en zonas conocidas como regs (desiertos) o hamadas, que son áreas planas cubiertas tan sólo por guijarros y pequeñas cantidades de arena.[18] En estos lugares, los meteoritos oscuros pueden ser avistados fácilmente, donde se han preservado muy bien debido al clima árido.
Aun cuando los meteoritos habían sido vendidos comercialmente y recogidos por aficionados durante muchas décadas, hasta la época de los hallazgos de Sahara a final de los '80 y principio de la década de los 90, la mayoría de los meteoritos fueron depositados o comprados por los museos y las instituciones similares donde fueron exhibidos y se hicieron disponibles para la investigación científica. Sin embrago, la rápida disponibilidad de una gran cantidad meteoritos que se podían encontrar con relativa facilidad en los lugares que eran fácilmente accesibles, llevo al rápido incremento de la colección comercial de meteoritos. Este proceso fue acelerado en 1997 cuando los meteoritos provenientes de la Luna y Marte fueron encontrados en Libia. Al final de la década de los años 90, se habían lanzado expediciones privadas de búsqueda de meteorito a través del Sahara. Aun así, algunos especímenes de meteoritos recuperados de esta manera también se depositan en colecciones para investigación, pero la mayoría del material se vende a los coleccionistas privados. Estas expediciones ahora han traído un número mayor de 2000 meteoritos clasificados encontrados en Argelia y Libia.
Cuando se corrió la voz en los países árabes sobre el beneficioso comercio de meteoritos, se crearon los primeros mercados de meteoritos, especialmente en Marruecos, apoyados por nómadas y gente local quienes escarbaron en el desierto en búsqueda de especímenes para vender. De esta manera, millares de meteoritos se han distribuido, de los cuales la mayoría no se tiene información sobre cómo, cuándo, o dónde se descubrieron. Estos son los llamados "Meteoritos del Noroeste de África".
Omán
En 1999, los cazadores de meteoritos descubrieron que el desierto al sur y el centro de Omán también era favorable para la recolección de muchos especímenes. Los llanos de grava en las regiones Dhofar y Al Wusta en Omán, al sur de los desiertos de arena de Rub al-Jali, habían rendido cerca de 2000 meteoritos a fecha de mediados de 2006. Entre éstos se incluyen una gran cantidad de meteoritos lunares y marcianos, haciendo de Omán una zona particularmente importante para los científicos y los coleccionistas. Las primeras expediciones en Omán fueron hechas principalmente por traficantes de meteoritos, no obstante los equipos internacionales, omaníes y científicos europeos ahora también han recogido especímenes.
Los meteoritos en la historia
Una de las principales teorías sobre la causa de la extinción masiva del Cretácico-terciario, que incluyó a los dinosaurios, es un gran impacto de meteorito. Ha habido una discusión científica sobre si otras extinciones importantes, incluyendo las del final de los períodos pérmicos y triásicos pudieron también haber sido el resultado de grandes impactos de meteorito, sin embargo la evidencia es mucho menor que en la extinción del final del Cretácico.
Un caso famoso es el supuesto meteorito de Chinguetti, un hallazgo que se presume proviene de una montaña de hierro en África.
Se tienen constancias escritas de que un emperador de la región del Sinkiang fue "envuelto en un poderoso fuego del cielo" alrededor del 600 a. C. Algunos autores citan a un cortejo nupcial en China en la misma fecha.
La única fatalidad conocida a causa de impactos de meteorito es un perro en Egipto que murió en 1911, aunque este informe aún está en disputa. Los meteoritos que cayeron sobre esta área fueron identificados de origen marciano en los años 80.
El primer caso moderno conocido de un meteorito espacial que golpea a una persona[19] ocurrió el 30 de noviembre de 1954 en Sylacauga, Alabama. El Meteorito Sylacauga, una piedra condrita de 4 kilogramos,[20] atravesó la azotea y golpeó a Anna Hodges después de que entrara por su recamara y rebotara en su aparato de radio. Esto le provocó a la mujer una grave contusión en su cadera. Desde entonces, varias personas han afirmado[21] haber sido golpeados por "meteoritos", pero no se tiene constancia de que ningún meteorito lo haya hecho desde entonces.
A menudo los indígenas han apreciado en gran medida los meteoritos de hierro-níquel, como una fácil fuente de hierro. Por ejemplo, los Inuit han usado las virutas del meteorito de York para elaborar herramientas y puntas de lanza.
Meteoritos famosos
Allan Hills 84001 - el meteorito de Marte que se aclamó que probaba la existencia de vida en Marte.
Canyon Diablo - meteorito metálico usado por los americanos nativos prehistóricos.
Campo del cielo- al igual que el meteorito "Canyon Diablo", fue usado como arma por los nativos americanos.
Nantan- meteorito metálico caído en china durante el 1518.
Allende- meteorito caído en México el año 1969, unos meses antes del alunizaje, por eso muchos científicos se interesaron en probar sus técnicas de análisis en él para estar listos para analizar las muestras lunares, en esos análisis, se descubrió que contenía carbono, uno de los principales ingredientes de la vida, y descubrieron que tenía 30 millones de años más que la tierra.
Cape York - uno de los meteoritos más grandes del mundo.
Ensisheim - el meteorito más viejo cuya caída puede ser fechada exactamente (al 7 de noviembre de 1492).
Hoba - el meteorito de mayor masa conocido.
Fukang es la pallasita más grande del mundo con una masa de más de 1000 kg. El meteorito fue subastado en Bonhams donde pidieron cerca de 3 millones de dólares. Al final no lo vendieron.[22]
Chaco - el segundo de mayor masa conocido (fragmento del meteorito Campo del Cielo)
Kaidun - posiblemente originario de la luna marciana Phobos.
Orgueil - fue objeto de una falsificación en 1965 que implicó encajar una semilla adentro del meteorito.
Sayh al Uhaymir 169 - originario de la Luna; cayó a la tierra como resultado de impactos de meteoritos en la Luna.
Sikhote-Alin - acontecimiento de impactos masivos de meteoritos metálicos que ocurrió el 12 de febrero de 1947.
Willamette - el meteorito más grande que se ha encontrado en los Estados Unidos.
La Piedra Negra en la pared de la Kaaba en La Meca se piensa que probablemente sea un meteorito.
Aparte de los meteoritos caídos sobre la Tierra, la roca apodada "Heat Shield Rock" es un meteorito que fue encontrado en Marte, y dos fragmentos minúsculos de asteroides fueron encontrados entre las muestras recogidas en la Luna por la misión Apollo 12 en 1969 y por el Apollo 15 en 1971.[23]
Cráter de Chicxulub, en la península de Yucatán, en México.Noticias relacionadas con meteoritos
Domingo 6 de abril de 2008, cerca de la 22:03 (GMT-3) en la provincia de Entre Ríos (Argentina), se reportaron numerosos avistamientos de un posible meteorito. La Asociación Entrerriana de Astronomía (sitio web AEA) confirmo los datos recibidos y actualmente se está buscando el lugar del impacto. Noticia en diario argentino 'La Nación'
Aproximadamente a las 12 pm, tiempo local, el 15 de septiembre del 2007, un meteorito produjo un cráter de unos 30 m en las proximidades de Desaguadero, en Perú.[2] El Comercio, diario de Lima reportó la información el 19 de septiembre. [3]
Poco después de las 2 de la mañana (tiempo local) del 7 de junio de 2006: en una ladera en Reisadalen en Troms al norte en Noruega, un bólido fue observado por varios residentes, posiblemente seguido por un impacto. Se ha preguntado en cuanto a que tan grande era, ya que una explosión asociada fue oída a través de la región.[24]
8 de junio de 2006 Troms, Noruega. Aunque inicialmente el impacto se evaluó por los expertos como equivalente a la bomba atómica de Hiroshima, posteriormente se disculparon por la exagerada estimación y la redujeron a entre 0,1 y 0,5 kilotones. Lo que supone 1/100 del poder explosivo de la bomba atómica de Hiroshima.[25]
Wayne Edwards y Peter Brown de la Universidad de Western Ontario en Canadá estiman que el meteoroide entró en la atmósfera a unos 20 km/s y una masa entre 2 y 10 t. La mayor parte de esta masa se desintegró en la atmósfera, por lo que los meteoritos que impactaron tenían una masa en conjunto de unos centenares de kilogramos.[26]
El impacto ha sido registrado por la Norsar (Sociedad de geofísica y sismología de Noruega).[27] [28]
El 12 de junio de 2006 la NASA divulgó que las dos rocas llamadas "Allan Hills" y "Zhong Shan", encontradas por el vehículo Spirit en Marte, pueden ser meteoritos metálicos. A diferencia de la roca apodada "Heat Shield Rock", no hay todavía datos definitivos sobre la composición de estos objetos, así que su identificación como meteoritos son inciertas.[29]
El 5 de Septiembre de 2010, a las 3:15 de la tarde en el departamento de Santander, Colombia, en el municipio de San Joaquin al parecer impactó un meteorito. No se sabe a ciencia cierta sobre el lugar de impacto, pero en diversas ciudades y poblaciones del departamento de Santander se sintió una fuerte y estruendosa explosión que solo da lugar a pensar que es un meteorito, dado que no se estima que tal sonido sea producido por algun artefacto de fabricación humana, lo mas probable según los primeros indicios se trata de un meteorito, segun diversos testigos, se vio una estela de luz producida por una bola de fuego que decendía del cielo durante diez minutos antes del impacto final. Noticia en desarrollo.[30] [31]
Incredulidad
La existencia de meteoritos fue rechazada por los científicos durante mucho tiempo; en el Siglo XIX la Academia de Ciencias francesa declaró que los meteoritos no existían, catalogándolos de "fantasía". El naturista francés Georges Cuvier, fundador de la rama de la ciencia conocida como "anatomía comparada", se sumó a la declaración, diciendo que: "las piedras no pueden caer del Cielo, porque en el Cielo no hay piedras".
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